EL ÚNICO LUGAR SEGURO PARA NUESTROS TESOROS

BASE BÍBLICA: Mateo 6:19-21
ÁREA: MAYORDOMÍA
INTRODUCCIÓN

Jesús no se opone a que tengas un tesoro. Sin duda, reconoció que debes tener un tesoro. Él nos da consejo sobre el único lugar seguro para depositar tu tesoro. Sólo los tesoros depositados en el cielo están últimamente seguros. Tú tienes la elección de depositar tu tesoro donde ciertamente perecerá o donde perdurará definitivamente. Por "tesoro" Jesús no quiso decir una gran acumulación de riquezas. En su mundo era cualquier margen, cualquier cosa más allá de la subsistencia.

El sermón del monte traza el carácter de quienes entran en el reino de Cristo. Los que entran en su reino colocan sus tesoros en el reino de Cristo. Los que entran en su reino colocan los tesoros en su obra.

I.- No puedes tener nunca un tesoro seguro en la tierra

Nuestro Señor empieza con una prohibición. "No acumuléis para vosotros tesoros en la tierra" (v. 19). Jesús reprueba una actitud que ya había detectado. Él no está en contra de los tesoros. Jesús prohíbe a su pueblo acumular en la tierra tesoros que sólo sirvan "para ellos mismos."

Además da una explicación. Como Hijo de Dios y Señor de la iglesia no tiene por que dar explicaciones de sus mandatos, pero también conoce nuestra codicia natural, y da la razón para ello. Todo tesoro terrenal es transitorio. En aquella sociedad primitiva y simple no había bancos, ni cajas fuertes, ni policía. El tesoro se guardaba en casa en forma de vestidos, alimentos y metales preciosos. Cada uno de estos tenía su propio enemigo. Algunos de aquellos enemigos eran impersonales. Las polillas comían ropajes que eran herencias. El moho puede consumir alimentos almacenados. El óxido podía corroer los metales preciosos. Otros enemigos eran personales. Los ladrones podían minar las paredes de adobe de sus casas y robar sus tesoros. Aunque los tesoros en los días de Jesús eran diferentes, la verdad sigue siendo la misma. Ningún tesoro en la. tierra está seguro.

Estas palabras requieren una calificación. Jesús no prohíbe nuestro ahorro ni el hacer planes de una manera prudente. Dios da poder para hacer riquezas (Deut. 8:18). Abraham, Job y David fueron evidentemente hombres ricos. Dios espera que ahorremos (Prov. 21:20). Él incluso nos remite a la hormiga que sabe cómo guardar para el futuro (Prov. 6:6-8). Los padres deben guardar para sus hijos (2 Cor. 12:14). Lo que Jesús prohíbe en este pasaje es dar la importancia primaria y central a los tesoros en la tierra. Él excluye ese deseo excesivo e insaciable de tener más de lo suficiente. Nos pide que gobernemos nuestro tesoro, que no seamos gobernados por él. En otro lugar dijo: "Trabajad, no por la comida que perece" (Juan 6:27).

II.- Puedes tener un tesoro en el cielo

Jesús señala una realidad. Tú puedes tener un tesoro en el cielo. Su mandato es el de empezar ahora a invertir en el tesoro celestial. ¿Cómo puedes tener un tesoro en el cielo? ¡No puedes lanzar tu dinero al espacio ni hacer que un coche blindado lo entregue hoy en las puertas de perla! Depositas tu dinero en el cielo por el uso correcto de tus posesiones en la tierra. Puedes invertir en este tiempo de tal forma que encuentres tu inversión en el tiempo venidero. Depositas tesoro en el cielo cuando ayudas a los necesitados (Luc. 12:33, 34). Incluso el vaso de agua dado en el nombre de Jesús edifica el tesoro celestial (Mat. 10:42). La forma en que usas el tesoro terrenal crea una base más firme para la vida más allá de esta vida (1 Tim. 6:18, 19). De hecho tú puedes utilizar tu dinero en este mundo de tal manera que, cuando alcances el otro mundo, aquellos que se beneficiaron de tu dinero estén allí para saludarte (Luc. 16:9). Es decir, depositas tu tesoro en el cielo colocándolo en las vidas de quienes van allí.

Nuestro Señor da una razón para invertir en el tesoro celestial. Sólo ese es un tesoro seguro. Ninguno de los enemigos impersonales o personales que amenazan los tesoros terrenales pueden amenazar el tesoro celestial. En el cielo el mercado nunca varía y el valor de la moneda nunca cambia. S6lo las cosas que inviertes en la obra de Dios te recibirán en el cielo. Encontrarás el registro de tu ofrenda personal en la presencia de Dios.

III.- Tu corazón sigue a tu tesoro

Nadie tiene tanto conocimiento del corazón humano como el que tenía Jesús. La raz6n suprema para poner tu tesoro en la obra de Dios tiene que ver con la localización de tu corazón. "Porque donde está tu tesoro, allí también estará tu corazón" (v. 21). Jesús da por sentado que todos tienen un tesoro. También sabe que tu coraz6n estará donde esté tu tesoro. Como un girasol sigue al sol o la aguja de una brújula sigue a un imán, tu corazón seguirá a tu tesoro.

El "corazón" en la Biblia representa el mismo centro de tu personalidad intelectual y emocionalmente, y de tu voluntad. Nuestro corazón va donde va nuestro dinero. Cuando inviertes todo tu dinero en las cosas de este mundo, tu corazón será apresado por este mundo. Cuando pones tu dinero en la obra de Dios tu corazón es apresado por las cosas de Dios. ¿Te gustaría tener tu corazón en la obra de nuestra iglesia? Pon tu tesoro aquí y tu corazón estará aquí. Los que más interés tienen son los que más invierten en la obra de Dios por medio de su iglesia.

Uno de cada seis versículos en los Evangelios trata de tu relación con el dinero. Tú manejas dinero más de lo que manejas cualquier otro producto de la vida. Cuando te enfrentes a Dios darás cuenta de tu administración del dinero. Asegúrate de que tienes un depósito seguro.

Agradecimientos al ptr. Julio cesar Arévalo
 






“Aunque la higuera no florezca, Ni en las vidas haya fruto, aunque falte el producto del olivo, los labradores no den mantenimiento, ni haya vacas en los corrales; aun así, yo me alegraré en el Señor, y me gozaré en el Dios de mi salvación”